María Elena Medina Mora, directora del Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente”, advirtió que una eventual legalización de la amapola a diferencia de la mariguana, implicaría una exhaustiva regulación para asegurar que se tiene el control de calidad, la infraestructura, las autorizaciones internacionales para hacerlo, por lo que, reconoció “no veo que sea un camino sencillo”.
Refirió que si se compara el número de consumidores, por ejemplo, de mariguana en el país, la cifra aunque se ha duplicado desde la década de los 80, sigue siendo una cantidad relativamente baja, “pero tenemos un gran problema con el narcotráfico. Si nos comparamos con el Reino Unido tenemos muchísimo menos usuarios, pero más problemas en cuanto a narcotráfico y violencia y si no establecemos el puente en estos dos problemas, no vamos a avanzar”.
Recordó que otro problema de México es la producción de opio, ya que el primer lugar a nivel mundial lo ocupa Afganistán, aproximadamente con el 80 por ciento de la producción, y en segundo lugar se encuentran Myanmar y México, con una producción muy pequeña del mercado mundial, pero con un mercado muy atractivo cercano a nosotros, Estados Unidos, lo cual implica mucho dinero para las actividades ilegales, y todos esos aspectos, dijo, deberán tomarse en cuenta, antes de una eventual legalización.
Entrevistada al término de su participación en el seminario “Bioética y Salud Pública en la Regulación de la Marihuana”, Medina Mora aseveró que el sector salud está preparado para dar respuesta a la demanda de atención ante el incremento en el consumo de mariguana que nuestro país está registrando, sobre todo entre la población juvenil, ya que encuestas internacionales revelan que en 22 países la edad promedio de inicio es a los 17 años, aunque en México, se han registrado casos en niños de 10, 11 y 12 años, ya que se comenzaron a implementar acciones de prevención antes de tener un problema.
En nuestro país, sostuvo, se comenzó a tener los Centros de Atención Juvenil (CIJ), con modelos de prevención importantes desde finales de los años 60, además, se inició la investigación al mismo tiempo que comenzó a formarse el instituto nacional de Drogas en Estados Unidos, lo que demuestra que sí ha habido un compromiso importante con el tema.
Sin embargo, reconoció que se debe evolucionar hacia las nuevas manifestaciones que este problema está teniendo, es decir, la respuesta adecuada era la prevención cuando no teníamos muchos usuarios graves, cuando la heroína estaba contenida los modelos de atención estaban concentrados en donde debían.
En las últimas cuatro décadas, añadió, nos hemos ido adaptando a las necesidades del país, es parte de lograr la universalidad de la atención y transitar de este modelo de enfermedades a personas y poder dar la atención integral que cada individuo requiere.
Asimismo, señaló que de los enfermos graves, alrededor del 85 por ciento tiene enfermedades graves, pero la atención no se da en el mismo lugar, y es ahí en donde se debe trabajar, indicó, para tender estos puentes de atención ahora que hay más personas con dependencias graves.